¡qué Te pensás!

Marce
Tinta sobre papel. 1999

Ciento ochenta grados

Un chistido, que no sé si es del sueño o de la calle, me sienta del susto con el corazón en la boca. La vigilia no logra tranquilizarme. No reconozco dónde estoy. Su ronquido me da náuseas y de inmediato me convenzo de que no es por él que tengo ganas de vomitar, sino por todo el alcohol que nos metimos adentro. La borrachera y la resaca se nos fueron superponiendo, soy un continuado de alegría y malestar y alegría y malestar. Es su casa otra vez. De tanto frote ya olemos igual. No me reconozco y me agarra urgencia por bañarme. ¿Qué estoy haciendo acá? Fantaseo con vestirme a tientas, agarrar mis cosas y correr a la terminal. Enciendo el celular para saber la hora: las cinco. El dato no me dice nada. Sólo en mi rutina sé qué significa que sean las cinco.
La oscuridad del cielo es apretada pero el foco de la calle llena la pieza de una luz naranja. No hay cortinas y la persiana se trancó arriba de todo. En la pared se proyectan las ramas peladas del árbol de la vereda. No logro decidir si es una imagen apacible o tenebrosa. Me levanto con cuidado, no quiero que se despierte. Abro la ventana, cierro los ojos, respiro hondo y me expongo sin ropa al aire del invierno. Se me endurece la piel y después la carne y se me escapa un gemido lastimoso. Me concentro en no temblar y esa resistencia mínima que ofrezco con todo el cuerpo me hace sentir fuerte.
Abro los ojos y en una de las ramas veo una lechuza blanca enorme que me está dando la espalda. Pienso un montón de cosas juntas pero ella chista, me asusta y me calla cualquier idea. Estoy quieta, no quiero que me ataque, no quiero que se vaya. Gira su cabeza ciento ochenta grados. Tiene ojos enormes y el pico chiquito. Me doy cuenta enseguida: somos iguales, pero en negativo. Me despejo la cara, corro los mechones de pelo negro atrás de las orejas. Algo hice mal, ella despliega las alas y me deja escuchar el ruido que hace para cortar el aire al levantar vuelo. La envidio y con un nudo en la garganta regreso con él a la cama.